domingo, 3 de agosto de 2014

Detección de zonas geopatógenas Las varillas en "L"



varillas de Radiestesia

Para localizar los puntos geopatógenos se utilizan las varillas en "L". Empezaremos por construirlas, para ello necesitaremos dos trozos de alambre rígido, preferiblemente de cobre. Aunque se recomienda que sean de un diámetro de cuatro o cinco milímetros, a nosotros nos da más resultado con una tubería hueca de cobre. Deben tener una longitud  aproximada a los 50 cm. Doblaremos estas varillas de tal forma que el lado corto tenga una longitud de 13 cm a 15 cm, ambas varillas deben ser iguales.

La forma de coger las varillas es similar a como cogeríamos dos pistolas, se toma cada varilla por la extremidad más corta, poniendo la mano de forma tal que se permita el libre movimiento, sin presionar fuertemente.

Los brazos deben quedar junto al cuerpo, a la altura de nuestro abdomen, con las manos y antebrazos extendidos, formando un ángulo de 90º y una separación entre las manos de 30 cm a 40 cm, al nivel de nuestros hombros. La parte más larga de las varillas deben permanecer paralelas al suelo.

Cuando nos situamos sobre una zona alterada, nos produce una contracción neuro-muscular y observamos que las varillas empiezan a cerrarse hasta cruzarse una con otra. Cuanto más negativo es, se cerrara más.

Una manera sencilla es observar a los animales, si es que tenemos la suerte de tener alguno en casa, porque al igual que las plantas tienen un sexto sentido capaz de detectar estas energías sutiles de la Tierra.

Si tenemos un sofá en el que acabamos cansados o malhumorados siempre que nos tumbemos en él, y si además nuestra mascota no quiere estar en este, es muy probable que pase una franja Hartmann justo por donde esta el sofá, lo mejor es cambiarlo de sitio.

Si nos fijamos en los animales salvajes podemos observar como eluden las zonas geopatógenas, ya que no hacen sus madrigueras ni sus nidos en estas zonas. Igual pasa si colocamos plantas en un mismo rincón o espacio y todas acaban muriendo en ese mismo lugar. Puede que pase por él una línea Hartmann. Es por ello que muchas veces viven las plantas en una parte del mismo y en la otra nada sobrevive, porque lo atraviesan estas franjas. Las plantas más sensibles son el culantrillo y el perejil en maceta.

Si observamos en las calles o en nuestro jardín, que arbustos o árboles crecen totalmente curvados, sin motivo aparente, esto se debe al poder que ejerce las líneas en él, que justamente pasan por donde está plantado.

Algunos indicadores de donde puede haber un cruce de líneas Hartmann o Curry son:

- Muros con humedad en forma ascendente y de causa desconocida.
- Grietas y fisuras en paredes sin causa aparente, sin hundimiento del terreno, etc.
- Presencia continua de insectos.
- Plantas marchitas sin causa aparente que al cambiarlas de lugar reviven.
- Animales agresivos, faltos de vitalidad o tristes.
- Personas agitadas, sin apetito, con insomnio, dolencias continuas sin motivos, etc.
- Malformación en el crecimiento de árboles o arbustos.
- Desarrollo de tumoraciones en el tronco de los árboles o invadidos por plantas parásitas que se benefician de dichas energías.
- Lugares en donde duermen los gatos.

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